Oculta en medio del lluvioso clima de Aguas Claras de Upala, se encuentra Finca La Anita, una empresa acogedora que combina la producción de cacao y de chocolate fino con el turismo sostenible.
Pablo Céspedes y Ana Hazel Pérez son los propietarios de una compañía que inició hace 8 años con la siembra de cacao endémico y de una variedad desarrollada por el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie). Con estas semillas crean chocolate oscuro que resulta poco amargo al paladar por las características genéticas del cacao.
“Una vez que logramos tener la plantación con las variedades de semillas que queríamos y cuando las sembramos de la manera orgánica como soñamos, fue que decidimos ir más allá. Pensamos que dar valor agregado al producto es lo más importante, que no podemos ser competitivos si no agregamos valor a lo que hacemos”, dijo Céspedes.
Así fue cuando este matrimonio de ingenieros agrónomos decidió ir más allá de la siembra de cacao y empezaron a hacer sus propios productos. Actualmente la empresa tiene tres: nibs o pedacitos de cacao tostado que puede mezclar con granola y frutas, chocolate oscuro que se vende en diferentes presentaciones y al que no se le agrega lácteos y un spread, que es un tipo de nutella, pero de puro chocolate.
La propiedad de 20 hectáreas de terreno tiene 7 dedicadas a la siembra de cacao, de ellas salen unas 5 toneladas de chocolate al año que exportan en su mayoría. A la fecha han llegado a algunos mercados europeos y a Canadá.
Pérez comentó que sus productos se distinguen porque se fabrican con chocolate hecho de cacao criollo que no es común por el poco amargor que posee y que el terminado del chocolate es artesanal, elaborado de una manera muy fina que hace que se derrita en el paladar. Otro aspecto que mencionó es que le agregan pocos aditivos y preservantes.
En el 2017, Finca La Anita prevé exportar el 80% de su producción, enviando chocolate en barra a mercados donde conocen y aprecian el sabor del chocolate oscuro y que además están dispuestos a pagar su valor, como en Alemania y Austria.
El 20% de la producción se queda para la venta en el país y en su propiedad donde también se puede adquirir el producto. Allí combinan la actividad agrícola, con el turismo sostenible.
Estos empresarios tienen en Finca La Anita cabañas para turistas nacionales y grupos de estudiantes extranjeros donde realizan desde el tour de chocolate, hasta talleres de ecología, en medio de los volcanes Miravalles, Rincón de la Vieja y Santa María.
“PROCOMER ha sido muy importante para nosotros, fuimos a una BTM hace tres años y la experiencia de conocer qué piensa el comprador internacional, qué espera del producto, y qué precios buscan, nos ayudó a entender hacia qué nicho debemos dirigir nuestro producto”, dijo Céspedes.
También agregó que las capacitaciones recibidas como el curso Creando Exportadores les ayudaron a generar contactos y clientes.
Para Marco Alfaro, Jefe Regional de PROCOMER, la región norte de Costa Rica tiene un gran potencial. “El apoyo constante que se les da a los empresarios de zonas rurales se vuelve fundamental para la mejora de procesos y creación de productos con valor agregado, que tienen potencial de alcanzar nichos sofisticados en mercados internacionales”.
Conozca más de esta empresa en el siguiente video: https://www.facebook.com/ProcomerCR/videos/1045158642186549/
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