La demanda mundial de energía disminuyó un 3,8% en el primer trimestre de 2020 como resultado de una reducción significativa del transporte, la aviación y la actividad económica general. Las emisiones cayeron un 5%. Para el sector de la energía, esto significará acelerar una serie de tendencias que ya están en marcha: la descarbonización, la descentralización y la digitalización.
1. Un impulso a la descarbonización: cabe esperar que el consumo de energía disminuya, apoyado por medidas sostenidas de ahorro. Junto a esto, la electrificación y las energías renovables seguirán expandiéndose. Las inversiones en combustibles fósiles ya están disminuyendo. Esto es en parte en respuesta al cambio climático, pero también una reacción a rendimientos cada vez más pequeños, como lo demuestra la continua caída del precio del petróleo.
2. Descentralización: se trata de un cambio del modelo de negocio de servicios públicos tradicional, en el que las compañías eléctricas distribuyen su energía de las grandes centrales eléctricas al usuario final. Lo que la sustituye es una red de energía distribuida por un modelo de negocio en el que los consumidores de energía gestionan su propia cartera energética. En el modelo centralizado, se genera y distribuye más potencia cuando la demanda alcanza su punto máximo. Por el contrario, en un sistema descentralizado, la respuesta a la demanda se utiliza para gestionar la distribución y la estabilidad de la red.
3. La digitalización impulsa la transición energética: se necesita un alto grado de automatización y análisis sofisticados para gestionar un sistema impulsado por una creciente variedad de fuentes de energía. Las tecnologías de apoyo como la inteligencia artificial predictiva, el aprendizaje automático, el Internet de las cosas (IOT, por sus siglas en inglés) y blockchain son fundamentales para analizar la demanda y ajustar la cantidad de energía extraída de la red distribuida.
Fuente: Foro Económico Mundial Fecha: 14-setiembre-2020
Implicaciones para Costa Rica
El contexto mundial de pandemia ha dado paso a un particular interés en el uso de energías renovables y disminución en los combustibles fósiles, lo cual tiene efectos ambientales, económicos y sociales en el corto plazo. En este sentido, Costa Rica es reconocido desde 2015, por producir más del 98% de la energía eléctrica de fuentes renovables (según datos del Centro Nacional de Control de Energía), lo cual es un ejemplo para otros países.
Este posicionamiento es un aliciente para promover los bienes y servicios de este sector en mercados internacionales. Las empresas costarricenses con enfoque en esta actividad pueden tomar parte de estas tendencias mundiales ajustando sus modelos de negocio y brindando servicios en esta línea tales como: desarrollo de soluciones de generación de energía solar, eólica e hidroeléctrica, consultorías y certificaciones de eficiencia energética, diseño e instalación de biodigestores, entre otros.
Según datos del Banco Central, las exportaciones de servicios de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica alcanzaron 15,9 millones de USD en 2018.
Basándose en esta Alertas Comerciales, ¿en que nivel recomendaría este servicio a otros exportadores
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