Según el reciente estudio Comercialización de insumos para agricultura orgánica en México, realizado por la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER), nuestro país podría exportar suministros para la producción orgánica de México, el tercer país de América Latina con mayor superficie destinada a ese tipo de producción.
El estudio señala que la oferta costarricense de bioinsumos puede buscar oportunidades de negocio basándose en la experiencia que tiene el país con el banano, por ejemplo, con el envío a Colima en la costa pacífica mexicana, de productos como empaques y embalajes, equipos asociados al cultivo como cables vía, bolsas para cubrir racimos y productos para el control de sigatoka. Además, otros insumos relacionados al cultivo del café para controlar la roya y la broca en Oaxaca y Nayarit; seguido de insumos para el aguacate para el control de antracnosis en Michoacán y otros como insecticidas o repelentes orgánicos y control de virus para tomate rojo y berries.
La producción agrícola orgánica en México puede percibirse como un segmento pequeño, equivalente al 0,2% del territorio, pero en los últimos años ha tenido un crecimiento de 28% (2015-2019). Según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de México (SIAP), en 2019 el valor de la producción orgánica se estimó en $302 millones; donde un 54% proviene de Michoacán (aguacates y mango), 18% de Baja California (lechuga, espinaca, cebolla y apio), 10% de Baja California Sur (tomate, albahaca y espárragos), 6,4% en Colima (banano) y 4% de café orgánico producido principalmente en Chiapas, Oaxaca y Nayarit.
Por valor de la producción, los principales cultivos orgánicos en México son el de aguacate (46%), tomate (8,2%), banano (6%) y mango y café con 3,5% respectivamente. Por hectáreas dominan el café, aguacate, mango y banano. La mayoría de la producción es para la exportación (solamente un 20% se destina al consumo interno), donde el principal mercado es Estados Unidos, país al que en 2019 se exportaron $399 millones con productos como aguacate Hass, chiles, bananos y arándanos.
Marta Esquivel, Directora de Inteligencia Comercial de PROCOMER, afirmó que, para participar en el mercado mexicano de bioinsumos, son fundamentales al menos dos aspectos que las empresas costarricenses deben considerar: primero ofrecer un precio competitivo (que incluya los costos de intermediación y logísticos, que pueden incrementar hasta en 40% el precio desde Costa Rica) y segundo certificar la calidad de los bioinsumos para cumplir con el programa LPO mexicano, que regula este mercado.
Por su parte, Enrique Ulloa, Analista a cargo del estudio, agregó que también hay retos que los exportadores deben enfrentar como la falta de conocimiento de nuestra oferta por parte de productores mexicanos, una cultura de negocios asociada a precios bajos, poca proactividad de puntos de venta para la promoción de productos y el tiempo requerido para los registros sanitarios (de uno a tres años).
El estudio amplió que, en cuanto a la forma de ingresar al mercado, se puede optar por un modelo de negocio en el que se venda a empresas distribuidoras que se encarguen de la venta directa al productor, y la empresa costarricense puede complementar con asesoría técnica, servicios de planificación y seguimiento a ensayos con productos orgánicos y apoyo postventa en conjunto con el distribuidor.
Basándose en esta Noticia, ¿en que nivel recomendaría este servicio a otros exportadores
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