Alemania se encuentra en un debate en torno a varias propuestas para elevar los impuestos a la carne y dedicar ese dinero a mejorar el bienestar en las granjas o a la protección del ambiente. El debate inició con una columna de opinión del portavoz parlamentario para política agraria, Friedrich Ostendorff, en el diario Welt. «Estoy a favor de eliminar la reducción del impuesto sobre el valor añadido (IVA) para la carne y destinarlos a medidas a favor del bienestar animal», aseguró el veterano político.

La frase significaba que el gravamen sobre los productos cárnicos pasaba del actual 7% al 19%. El kilo de carne picada de ternera, esta semana a 4,99 euros en los supermercados Lidl de toda Alemania, pasaría instantáneamente a costar 5,55 euros. La bandeja de pechugas de pollo, ahora a 2,99 euros en la cadena Aldi, se incrementaría hasta los 3,32 euros.