Un grupo de investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), diseñó biopelículas activas capaces de adherirse a las frutas que evitan su rápida maduración, para así evitar las pérdidas económicas que ello representa para las industrias procesadoras y comercializadoras de alimentos, según explicó Raúl Sosa, investigador de la BUAP.
Una biopelícula es una población de microbios que se organizan en una comunidad, para protegerse, y se pueden adherir a una superficie viva o inerte.
“Este proceso consiste en añadir antimicrobianos de origen natural a las películas, obtenidos a partir de especias como el orégano, con el fin de integrarlas como un fino recubrimiento de los alimentos», señaló Sosa. Gracias a esta formulación, se logró disminuir hasta en 60% el crecimiento de hongos sobre la superficie de las frutas y duplicar el tiempo de vida en anaquel.
Una película activa es una matriz continua elaborada con sustancias poliméricas que funciona como barrera, la cual puede almacenar ciertos compuestos deseados. Su función es retardar la migración de humedad, de gases y de transpiración de un fruto, además de que son capaces de transportar solutos y ciertas propiedades mecánicas.
El método ha sido aplicado en frutas como el mango y la papaya, que fueron recubiertas con películas hechas de almidón y sorbitol, así como de timol y carvacrol, dos antimicrobianos derivados del aceite esencial de orégano.
Los resultados demostraron que los alimentos que no habían sido tratados comenzaban a madurar más rápido, en comparación con aquellos que fueron recubiertos con las películas que presentaban mayor firmeza y menor número de manchas. El recubrimiento comestible permite que sea más lenta la salida de oxígeno, lo que retarda el proceso de maduración, y gracias a los antimicrobianos se evita que se desarrollen los microorganismos responsables del deterioro de las frutas.
Si bien los resultados en pruebas con mango y papaya han sido positivos, se continuará el trabajo para experimentar con otros alimentos vegetales, a diferentes niveles de temperatura y condiciones de humedad, así como desarrollar modelos de predicción y estudios toxicológicos.
Fuente: Énfasis Alimentación Fecha: 07-Diciembre-2015
Implicaciones para Costa Rica
En el ámbito del comercio internacional, las condiciones logísticas para la conservación, manejo y transporte de los productos, puede significar la posibilidad de alcanzar determinados mercados o descartarlos por su lejanía geográfica.
Esta situación resulta especialmente sensible cuando se trata de productos agrícolas frescos, cuya vida útil para el consumo resulta limitada y sujeta en muchos casos a las tecnologías de atmósfera controlada, que si bien conserva mejor los productos, resulta más costosa.
En tal sentido, es importante monitorear los nuevos desarrollos que permitan extender la vida útil de los productos, especialmente cuando se trata de propuestas naturales sin impacto para la salud de las personas consumidoras y el ambiente.
Este tipo de iniciativas permitiría no solamente alcanzar mercados más lejanos, sino también ofrecer productos de mayor calidad y frescura, aumentar la competitividad para las empresas y sobre todo reducir los altos niveles de desperdicio de alimentos en puntos de venta, hogares y transporte.
Acumulado a noviembre del 2015, Costa Rica exportó alrededor de US $2.243 millones en productos del sector agrícola. América del Norte representó la principal región de destino (47%), seguido de la Unión Europea (43%), el resto de Europa (3%), Asia (2%) y América Central (2%).
Basándose en esta Noticia, ¿en que nivel recomendaría este servicio a otros exportadores
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