Big Data toma fuerza ante encuestas como herramienta para evaluar el comportamiento de consumo

«Tradicionalmente, cuando los profesores o empresarios querían datos, encargaban encuestas. Obtenían datos ordenados, en forma de cifras o casillas marcadas en cuestionarios. Ya no es así. Los datos estructurados, limpios, simples y basados en sondeos tienen los días contados. En esta nueva era, las huellas desordenadas que dejamos a lo largo de la vida se están convirtiendo en la principal fuente de datos”, pronostica Seth Stephens-Davidowitz autor del libro «Todo el mundo miente: Lo que Internet y el Big Data pueden decirnos sobre nosotros mismos”.

Según el autor, la revolución de los datos no es algo que estén viviendo solamente las grandes empresas de inteligencia artificial, sino que ya comienza a ser el pan de cada día en el mundo empresarial y académico. Son cada vez más las empresas que buscan medir y comprender el impacto que tienen sus productos y servicios en el mercado utilizando técnicas de gestión de Big Data, para inferir, del comportamiento de los consumidores, lo que realmente piensan de sus productos. «Los macrodatos nos permiten ver qué quiere y qué hace la gente en realidad, no qué dice que quiere y qué hace.»

En este contexto es que las encuestas tradicionales, en las que una persona le realiza a otra una serie de cuestionamientos dirigidos y estructurados, con el propósito de obtener información en determinado formato y con determinado objetivo, comienzan a perder efectividad, cuando se las compara con la posibilidad de extraer de internet, enormes cantidades de macrodatos honestos, transparentes y libres de sesgos. Con las adecuadas técnicas de gestión de macrodatos, manipuladas por científicos de datos, es posible derivar conclusiones claras.

Fuente: Central América Data       Fecha: 24 de julio de 2020

Implicaciones para Costa Rica

Los avances en el uso de la inteligencia artificial y el big data han abierto grandes oportunidades para aquellas empresas interesadas en conocer y pronosticar los patrones de comportamiento, incluidos los de consumo de los individuos, basándose en los rastros que dejan al hacer uso de la tecnología, buscadores de internet, redes sociales, etc. Al hacer uso de este tipo de información, las empresas pueden conocer realmente los deseos, pensamientos y conductas de sus consumidores, y basar estrategias de mercadeo mejor dirigidas y enfocadas.

El uso de encuestas y otras herramientas de opinión, si bien son sumamente importantes hoy para múltiples propósitos, han dado paso a otros mecanismos de evaluación del comportamiento humano, que permiten reducir el sesgo presente en múltiples encuestas, cuando el consumidor responde algo diferente a lo que realmente piensa o va a hacer.

El uso de big data permite a las empresas analizar los rastros que el consumidor deja al navegar en internet, además de conocer de primera mano sus intereses, opiniones y deseos, elimina el sesgo antes mencionado y maximiza las inversiones en este tipo de estudios, al llegar a conclusiones más acertadas sobre sus clientes.