La crisis del COVID y otros acontecimientos ocurridos en 2020 han modificado y acelerado las tendencias globales de alimentos y bebidas, según Mintel. Las medidas de distanciamiento social y los cierres económicos crearon nuevos hábitos y actitudes, por ejemplo, las personas utilizan su tiempo en casa para aprender nuevas habilidades para cocinar, hornear o preparar café que serán útiles más allá de la pandemia. Algunas de las tendencias identificadas son las siguientes:
Cambiar, incorporar: esta tendencia señala el importante papel que pueden desempeñar las empresas para promover causas sociales y ambientales, anterior a la pandemia el uso responsable del plástico era la principal iniciativa de responsabilidad social corporativa (RSC). Sin embargo, la pandemia ha generado mayor interés en la seguridad y la salud de las personas y trabajadores, convirtiéndose en la máxima prioridad de los mensajes de RSC.
Reflexión sobre hábitos de gasto: la crisis del COVID-19 inspiró a las personas a reevaluar lo que es realmente importante en sus vidas y en sus presupuestos. Un gasto más prudente constituye la base del consumo consciente, cuyos pasos posteriores serán apoyar marcas éticas y respetuosas con el ambiente. Sin embargo, muchas marcas sostenibles y responsables tienen precios superiores, lo que será una preocupación principal para muchos compradores posteriores al COVID-19.
Cosechas de alta tecnología: las fracturas en la cadena de suministro aumentan la necesidad de nuevas formas de cultivar y fabricar alimentos. Se había predicho una incorporación lenta de la tecnología en los próximos 10 años a medida que los consumidores aceptan el uso de la ciencia y la tecnología en la producción de alimentos. COVID-19 aceleró esta línea de tiempo porque ha evidenciado las complejidades de la cadena mundial de suministro de alimentos.
Automatización: la necesidad de garantizar condiciones de trabajo seguras y limpias inspirará a más empresas a explorar cómo se podría utilizar la automatización en sus operaciones. Los robots podrían usarse para mantener distancias seguras entre el personal humano. La tecnología automatizada también podría hacer que las instalaciones sean menos susceptibles a la escasez de personal debido a enfermedades o restricciones de inmigración.
Fuente: Mintel Fecha: 03 de diciembre de 2020
Implicaciones para Costa Rica
La crisis del COVID-19 aumentó la conciencia de los consumidores sobre la salud, la seguridad en el suministro de alimentos y la salubridad, lo cual ha servido de catalizador para el mayor uso de la tecnología y avances científicos en toda la cadena de valor alimentaria, desde el desarrollo de alimentos, con opciones de alimentos cultivados, hasta las cadenas de distribución y logística, con un mayor uso de tecnologías 4.0 que permitan el funcionamiento más eficiente y seguro de la cadena de distribución.
La industria alimentaria representa el tercer sector en importancia para las exportaciones costarricenses, con montos que a octubre 2020 superaban los 1.361 millones de USD, lo que representa 78 millones de USD más que en el mismo periodo del 2019, esto muestra la resiliencia del sector aún en contextos de crisis. PROCOMER constantemente publica estudios de mercado donde podrá mantenerse informado sobre tendencias y oportunidades en diversos sectores y mercados. Ingrese a esta herramienta en el siguiente enlace.
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