I+D en el área de la salud se dinamiza en el contexto de COVID-19

En las últimas décadas, las enfermedades zoonóticas (transferidas de animales a humanos), han ganado atención internacional. El ébola, la gripe aviar, la gripe por el virus H1N1, el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS), la fiebre del Valle del Rift, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el virus del Nilo Occidental, el virus del Zika y el nuevo COVID-19 han causado pandemias o han amenazado con causarlas, y han dejado miles de muertes y grandes pérdidas económicas. De hecho, en 2016, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alertó sobre sobre el aumento mundial de las epidemias zoonóticas. Específicamente, señaló que el 75% de todas las enfermedades infecciosas emergentes en humanos son de origen animal, lo cual abre la discusión sobre la importancia de la investigación futura en el tema de las zoonosis virales emergentes.

En el contexto del COVID-19 específicamente, las autoridades sanitarias alrededor del mundo han dado prioridad y reducido la burocracia para la investigación y desarrollo (I+D) y posterior registro de soluciones relacionadas con la crisis y múltiples iniciativas han surgido con la intención de apoyar y financiar la creación e invención en esta materia. Por ejemplo, la FDA ha tomado una serie de medidas en esta línea como:

• 20 de marzo de 2020, emitió políticas que flexibilizan la utilización de ciertos dispositivos de medición de signos vitales no invasivos aprobados para controlar a los pacientes de forma remota.
• 24 de marzo de 2020, emitió políticas que facilitan el uso de la telemedicina en el cuidado de los animales por parte de los veterinarios.
• 31 de marzo de 2020, puso en marcha el Programa de aceleración del tratamiento del coronavirus (CTAP, por sus siglas en inglés).

Fuente: ONU y FDA     Fecha: Marzo y Abril-2020   

Implicaciones para Costa Rica

El contexto de hoy ha creado nuevas necesidades no solo en materia de investigación en medicamentos y dispositivos médicos para el tratamiento del COVID-19 y soluciones para su prevención y diagnóstico, sino también en soluciones para atender las medidas de prevención como la telemedicina y monitoreo remoto, que permiten la interacción médico-paciente (software y dispositivos físicos). Lo anterior propicia un ambiente idóneo para startups, empresas, academia, investigadores independientes y otros.

Costa Rica es un importante exportador de bienes y servicios relacionados con la salud, en 2019 exportó $3.611 millones en dispositivos médicos y $164 millones en medicamentos. Costa Rica tiene múltiples características que la posicionan como un potencial destino para la I+D en este sector: su sistema de salud, recurso humano, importante presencia de empresas de manufactura de dispositivos médicos, posición geográfica estratégica, biodiversidad y perfil epidemiológico.

Además, entre 2017 y 2019, Costa Rica ha dado pasos importantes con un incremento en su recurso humano dedicado a actividades de I+D en empresas de manufactura de dispositivos médicos dentro de zona franca, en la cantidad de investigadores biomédicos; en su infraestructura para I+D (nuevos laboratorios) y en la cantidad de publicaciones científicas en áreas relacionadas con la salud, incluyendo los avances en materia de COVID-19 liderado por la academia.