De acuerdo con el Institute of Food Technologists (IFT), el mercado de los probióticos posee un gran potencial actual, donde su aceptación por parte de los consumidores ha crecido rápidamente en los últimos años y se predice que la industria total crecerá hasta los $64 mil millones a 2022, con un crecimiento anual promedio del 7%. Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped, particularmente a nivel digestivo e inmunológico.
Según la International Probiotics Association (IPA), el valor de las ventas minoristas a nivel mundial alcanzó los $44.800 millones en 2019, en comparación a los 38 mil millones de 2013 y se espera un alto dinamismo, ya que el contexto actual provocado por la pandemia ha acelerado la demanda por estos productos, particularmente por el interés de los consumidores en reforzar su sistema inmune. Actualmente, se estima que la mayoría de los consumidores de estos productos son Millennials (44%), seguidos por los Boomers (31%), Generación X (19%) y otros.
De acuerdo con The National Food Lab, existe una amplia variedad de probióticos más allá de los lácteos fermentados, los cuales son la fuente más común. Entre las propuestas de interés destacan las barras de cereal; bebidas no lácteas; jugos; frutos secos; congelados; chocolates; chips y snacks.
Fuente: Énfasis Alimentación Fecha: 21-Julio-2020
Implicaciones para Costa Rica
La crisis sanitaria y económica actual generada por el COVID-19 ha provocado la dinamización del consumo de determinados productos y categorías. Uno de los ganadores de este contexto han sido los alimentos funcionales con beneficios para la salud del sistema inmune, donde la principal preocupación del consumidor es su bienestar y el de su familia, motivos principales que impulsan su compra.
Costa
Rica posee una industria alimentaria innovadora, con alto potencial para
generar propuestas diferenciadas en línea con las necesidades modernas. En este
sentido, resulta de especial importancia que las empresas estén al tanto sobre los
cambios en los mercados y consumidores, los cuales evolucionan de manera
vertiginosa conforme se profundiza la crisis actual y que demandan a los fabricantes
a reajustar sus propuestas y atributos en línea con las necesidades actuales.
En 2019 la industria alimentaria costarricense
realizó exportaciones con un valor de $1.525 millones hacia un total de 98
mercados, donde Guatemala, Estados Unidos, Panamá, Nicaragua y México
resaltaron como los principales compradores. En 2020, al primer semestre de
este año, se registra un valor acumulado de $847 millones, un 8% más con
respecto al mismo período del año anterior, lo cual refleja la relevancia que
posee esta oferta en los países socios, aún dado el contexto complejo producto
de la pandemia.
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