Desde el pasado 14 de marzo, España se encuentra en estado de alarma por la pandemia de COVID-19 y por lo tanto la población se ha mantenido en confinamiento. Lo mismo ocurrió en Francia a partir del 17 de marzo. Se prevé que esta medida tenga numerosas consecuencias en el bienestar psicológico y el estado metabólico debido a la ingesta de alimentos poco adecuados, el picoteo entre horas y la falta de actividad física.
Por un lado, la población española tiene una tasa de más del 60% de sobrepeso y obesidad. Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española indica que “casi uno de cada cuatro españoles es obeso, y si a esto le añadimos el confinamiento durante más de dos meses, el problema habrá ido a más”. El confinamiento ha llevado al consumo de alimentos más energéticos, que fueron los productos más vendidos como snacks o bebidas alcohólicas. “Muchas veces la comida poco saludable es más barata, y muchas familias están abocadas a este tipo de productos si no tienen recursos económicos. Durante el confinamiento han subido muchísimo los precios de los alimentos saludables, como fruta y algún tipo de verdura” acotó Tinahones.
Según una encuesta realizada por SEEDO, más del 50% de los participantes afirmó que había ganado peso, de los cuales un 46% habría añadido entre 1 y 3 kilos, y un 16% hasta 5 kilos más que al inicio del encierro. Los niños no se libran de este aumento de peso en el confinamiento, quienes podrían haber engordado un 5% de media, lo cual se suma a una alta tasa de obesidad infantil en España, incluso algo superior a la media.
En Francia, la situación es similar, donde el 57% de los franceses ha engordado desde el inicio del confinamiento, según un estudio publicado por el sitio especializado Darwin Nutrition. Este aumento de peso se estimó en un promedio de 2,5 kilos por persona. Los hombres descubrieron que habían aumentado una media de 2,7 kilos, en comparación con los 2,3 kilos de las mujeres.
Aunque el 42% de los encuestados informó que dedicaba más tiempo a la preparación de las comidas, el mismo porcentaje señaló que los aperitivos antes de las comidas también se habían vuelto más frecuentes. En efecto, los «ciberaperitivos» se han convertido en una de las costumbres que más agradecen los franceses en tiempos del confinamiento. Después del confinamiento, más de la mitad de los encuestados (56%) planea comer más saludablemente pero sólo el 18% quiere ponerse a dieta.
Fuente: Agencia Sinc y Euronews Fecha:Mayo-2020
Implicaciones para Costa Rica
La obesidad se ha catalogado como un factor de riesgo para el COVID-19, por lo que un aumento en sus tasas entre la población es alarmante. Esto podría llevar a una mayor preocupación por la promoción de la salud y el bienestar tanto por parte de los consumidores como de los gobiernos, que se podrían ver traducidas en políticas y directrices oficiales y por ende en un mayor consumo de productos frescos como frutas, vegetales y alimentos diferenciados.
Costa Rica es un importante exportador del sector alimentario así como de frutas y vegetales a España y Francia, a los cuales dirigió en conjunto $180 millones en 2019. España, sin embargo, acapara 89% de esos envíos. Entre los productos más vendidos a estos países europeos se encuentran piña (43%), banano (30%), jugos y concentrados de frutas (8%), café (5%) y yuca (5%).
Basándose en esta Alertas Comerciales, ¿en que nivel recomendaría este servicio a otros exportadores
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