Fincas bananeras ecuatorianas certificadas tienen mejor producción

El banano es la fruta más popular del mundo y la base de una industria global valorada en US$7.000 millones que le da empleo a miles de personas en el mundo. En las décadas de los 80 y 90, la producción de banano se expandió significativamente en las regiones tropicales, con bosques talados para dar paso a grandes monocultivos y con enormes insumos de agua, fertilizantes y plaguicidas.

Paralelo a la creciente preocupación colectiva por las condiciones inaceptables en las fincas bananeras, Rainforest Alliance creó la primera norma para producción bananera sostenible en 1990. A finales de 2014, 1.665 fincas bananeras en 12 países contaban con la certificación, lo cual representó más de 90.000 hectáreas de producción.

Un estudio ha evaluado los efectos de la certificación RAS/Rainforest Alliance en la adopción de prácticas más sostenibles y sistemas de manejo más efectivos. En un primer reporte de impactos se resumió este estudio y se presentaron los resultados de un nuevo análisis sobre los cambios en las fincas bananeras en el tiempo, con la información disponible en los reportes de auditoría anuales.

En Ecuador, investigadores compararon el rendimiento de 10 fincas bananeras certificadas y 14 no certificadas de un tamaño similar, en referencia a 29 prácticas ambientales y sociales.

Para todas las prácticas con datos disponibles, las fincas certificadas tuvieron un mejor rendimiento. Estas prácticas incluyen:

— Crear zonas de amortiguamiento o barreras vegetales

— Tratar los desechos de agua antes de liberarlos

— Evitar el uso del herbicida Paraquat

— Realizar análisis y diagnósticos de viabilidad antes de utilizar agroquímicos

— Mantener un registro de agroquímicos

— Capacitar a los trabajadores sobre el manejo de plagas

— Devolver los tallos de banano al terreno para mejorar la materia orgánica

— Desechar las bolsas de plástico de forma adecuada

Para entender mejor la adopción de prácticas sostenibles en las fincas certificadas, se llevó a cabo un análisis cronológico basado en datos de las auditorías de certificación de 26 fincas certificadas en Costa Rica, Guatemala y Honduras.

Los investigadores que trabajaron en Ecuador descubrieron que el rendimiento en las fincas certificadas era de 39,9 toneladas métricas por hectárea al año, comparado con 32,7 toneladas métricas por hectárea al año en las no certificadas.

Los autores del estudio atribuyen el alto rendimiento tanto para las fincas certificadas como para las no certificadas, al uso de fertilizantes y agroquímicos. Sin embargo, apuntaron que las fincas certificadas utilizaron estos insumos de forma más eficiente como resultado de las buenas prácticas aprendidas por los trabajadores durante el proceso de capacitación.

Fuente: PortalFrutícula.com               Fecha: 12-mayo-2016

En 2015 Costa Rica exportó banano fresco con un valor de US$826,8 millones, lo que representó 1,9 millones de toneladas. La Unión Europea se posicionó como la principal región de destino al demandar US$438,8 millones, es decir, el 53% del total comercializado, seguido de América del Norte con un 38%.

Las certificaciones voluntarias corresponden a instrumentos que las empresas exportadoras pueden utilizar para potenciar sus ventas en mercados internacionales. Esta sirve para demostrar que un producto ha sido elaborado con ciertas normas previamente establecidas.