Moda es la tercera categoría (después de alimentos y bebidas) en la que más invirtieron los consumidores musulmanes con $270.000 millones, según las estimaciones del Informe 2018/19 de la Economía Islámica Mundial. Se estima que el gasto musulmán en ropa alcanzará los $361.000 millones en 2023.
El Centro de Desarrollo de la Economía Islámica de Dubai (DIEDC) acaba de publicar los resultados del informe titulado “Una economía ética inclusiva”. Los autores del informe resaltaron cómo la moda modesta (como también se conoce la moda destinada a consumidores musulmanes) se ha ido incrementando su participación, llegando a diferentes grupos de consumidores: desde modelos con hiyabs que caminan por las pasarelas de marcas de lujo hasta revistas de moda europea con modelos musulmanes en sus portadas.
Cabe destacar el cambio protagonizado por minoristas de moda occidentales como Macy’s en Estados Unidos o Marks & Spencer en Reino Unido, que han lanzado sus propias líneas de moda modesta. H&M también se ha hecho eco de esta tendencia. En industrias afines, la actriz malaya Neelofa se convirtió en la primera embajadora de la marca de cosméticos francesa Lancôme.
Según este informe, los millenials musulmanes han tenido mucho que ver con este cambio, llevando y estableciendo nuevas tendencias en los países de mayoría musulmana y no musulmana. Cabe destacar que la economía islámica se ha adaptado rápidamente a las nuevas tecnologías -incluyendo blockchain – para ofrecer pagos que garanticen el cumplimiento halal, por ejemplo. Mientras tanto, la inteligencia artificial (IA), la realidad virtual (VR) y el Internet de las cosas (IoT) están atrayendo más inversiones que nunca, según el informe.
Al abordar las perspectivas de 2018/19, los responsables del estudio apuntaron: “Este año, hemos sido testigos de un aumento en la demanda de productos que no solo cumplen con la financiación de la Sharia y los estrictos estándares de sostenibilidad, salud y seguridad ambiental, sino que también se fabrican con ingredientes certificados halal. La consistencia que forma parte integral de la cadena de suministro explica el creciente atractivo y la aceptación de los productos de la economía islámica entre la población mundial.”
Fuente: America Retail Fecha: 6-noviembre-2018
Implicaciones para Costa Rica
La industria de la moda costarricense dirige actualmente su oferta a Estados Unidos, países centroamericanos como Guatemala y Panamá y otros destinos suramericanos como Colombia y Perú. Es fundamental para los exportadores costarricenses la constante búsqueda de nuevas tendencias, nuevos mercados y canales de venta para posicionar sus productos. Uno de los principales retos para acceder al mercado islámico corresponde a la certificación HALAL de los insumos utilizados, y la alineación con los preceptos religiosos y culturales. Pese a ello, tal y como lo indica la alerta, el gasto en moda corresponde a una categoría en crecimiento en la región y es la tercera en importancia en el gasto de los consumidores musulmanes.
Para apoyar al sector de diseño y confección nacional, PROCOMER colaboró en la conformación del clúster de moda nacional Estilo Costa Rica, con el cual se busca generar sinergia en el ámbito de negocios y lograr posicionar al sector de cara al comercio internacional.
Basándose en esta Noticia, ¿en que nivel recomendaría este servicio a otros exportadores
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