Moda ética incrementa su influencia a nivel mundial

En febrero de 2019 Los Ángeles celebró la primera Semana de la Moda Vegana, un evento que marca el inicio de una pasarela alternativa que lucha contra los aspectos más negativos de una industria que siempre ocupa los primeros puestos en las listas de las más contaminantes del mundo.

Antes que esto, iniciativas como los Green Carpet Fashion Awards, trataron de llamar la atención de la necesidad de cambio de rumbo reconociendo la labor de firmas y celebridades que apuestan por la sostenibilidad y cambiando la alfombra roja por una simbólica alfombra verde. Estas iniciativas contribuyen al auge de marcas que apuestan por el reciclaje, la reducción de la presencia de plástico en sus procesos de fabricación, alternativas como el cuero vegano o movimientos que alientan la compra de prendas de segunda mano.

Los movimientos sociales que demandan medidas ambientales concretas y rápidas reflejan su éxito también en el mundo de la moda, donde según un estudio elaborado por el buscador Lyst, en el último año las búsquedas de prendas relacionadas con la moda sostenible se incrementaron en un 66%, de acuerdo con un informe basado en el comportamiento online de 80 millones de compradores. 

Cristina Rodrigo, portavoz de ProVeg España, una organización sin fines de lucro que difunde una alimentación 100% vegetal. «Como el de la alimentación, el de la moda es un sector que cada vez se va adaptando más a la demanda del consumidor concienciado que quiere una moda ética. Esta pasa por prescindir del uso de pieles animales y apostar por fibras sintéticas o vegetales, producidas de manera sostenible”. 

Este cambio de rumbo es lento pero constante y muchas marcas están comenzando a hacer guiños a la moda sostenible e incorporan modelos veganos a sus colecciones. Junto con grandes referentes dentro del sector, como Adidas que recién anunció sus tennis para correr hechas de plástico reciclado y 100% reciclables, muchas otras empresas se han abanderado en pro de la moda ética como Ecoalf que fabrica ropa sostenible; Victoria que lanzó No Trace, una zapatilla vegana cuya suela está fabricada a partir de neumáticos y en cuyo proceso de creación se evita el uso de componentes químicos, como pegamentos; Camper que también incorpora zapatillas sostenibles confeccionados con punto reciclado con hilo PET procedente de plásticos reciclados; Fika Activewear, una marca que fabrica con tejidos de hilo ECONYL (material hecho de residuos plásticos regenerados, como las redes de pesca de nylon);  Nanushka que tiene una categoría en su tienda digital dedicada exclusivamente al cuero vegano; Burberry que anunció hace unas semanas su compromiso de confeccionar colecciones libres de plásticos.

Si bien una gran cantidad de marcas ya no trabajan con pieles animales como Versace, Dolce&Gabbana o la francesa Zadig&Voltaire, el cambio hacia una moda ética no solo se limita a esto. Las firmas veganas también apuestan por el cruelty free y encontrar alternativas a las fibras procedentes de animales, como la seda, la lana o la alpaca. 

Implicaciones para Costa Rica

En los últimos años, la industria de la moda en Costa Rica ha tomado auge, en temas como diseño, y confección de ropa, vestidos de baño, joyería, accesorios y calzado. Actualmente el sector dirige su oferta a mercados como Estados Unidos, Guatemala, Colombia, Perú y Panamá, sin embargo, es importante para los exportadores costarricenses la constante búsqueda de nuevos mercados, nuevos nichos y canales, para diversificar su presencia e incrementar sus ventas.

La conciencia ambiental y de protección animal ha impulsado a que la moda ética tome un lugar importante entre la oferta de grandes exponentes del sector y las pasarelas. Este constituye un nicho en el que el renombre de Costa Rica en materia de naturaleza puede utilizarse como factor de diferenciación frente a los competidores en este segmento y asimismo colaborar con la difusión de la conciencia sobre sostenibilidad de los consumidores, su interés por reconectarse con la naturaleza y apuntando a la tendencia de utilización de insumos con menor impacto ambiental.

Dar seguimiento a las tendencias de moda que cambian rápidamente es una norma. Estas se pueden percibir mediante la visita a ferias y exhibiciones, revisión de catálogos de competidores en el mercado, revistas, accediendo a estudios de empresas que pronostican tendencias, entre otros.

Para apoyar al sector de diseño y confección nacional, PROCOMER colaboró en la conformación del clúster de moda nacional Estilo Costa Rica, con el cual se busca generar sinergia en el ámbito de negocios y lograr posicionar al sector de cara al comercio internacional.