Tendencias que marcarán el consumo en 2018

El Foro Económico Mundial, en apoyo de datos de Euromonitor Internacional y de WGSN, consorcios dedicadas al estudio y análisis de macrotendencias sociales y económicas, ha dado a conocer algunos de los aspectos que influirán en el consumidor en 2018:

1. Barato, pero de calidad

Las personas están dejando de invertir en bienes duraderos, para hacerlo ahora en experiencias y calidad. También, presumen lo poco que algo les costó y lo bueno y útil que resultó. Por ello, hay cada vez más tiendas de descuento, negocios centrados en el intercambio de bienes, la venta de artículos de segunda mano y los servicios compartidos. No son raros los casos de éxito de tiendas como Primark, moda a bajísimos precios en Europa; Ikea, para amueblar toda la casa; o la página de internet Vestiaire Collective, en la que se puede poner a la venta prendas de lujo una vez pasada la temporada.

2. Más experiencias y menos pertenencias

Los servicios y las experiencias están en auge. Los compradores buscan cada vez más marcas, tiendas y modelos que los inviten a vivir una experiencia constante (y que, además, pueda compartir en redes sociales). Buscan mayor experiencia de compra, conseguir lo original, lo divertido, lo único. Cada vez más, la gente prefiere regalar cajas-sorpresa de experiencias, viajes temáticos, catas de vinos, visitas a spas y clases de meditación, sobre la adquisición de un bien tangible.

3. Personalización de productos y servicios

Gracias a las redes sociales y al big data, la cantidad de información disponible sobre un usuario es extensa; esto hace que el mercado ofrezca cada vez más experiencias y objetos personalizados. Las páginas web personalizarán el contenido que cada usuario desea ver, adaptado a sus últimas búsquedas, favoritos, compras. Asimismo, se verá el auge de notificaciones personalizadas y envíos de boletines informáticos. Esto también sucede en el plano físico, donde las empresas permiten al usuario diseñar su propio producto.

4. Mejores prácticas

El consumidor moderno busca ser más organizado, aprender algo nuevo, ser más saludable, estar más relajado y tener tiempo de calidad. Sus prioridades de gasto también son distintas: pagará más por un hotel que le ofrezca una experiencia única de relajación y preferirá ahorrarse lo más en su boleto de avión. Busca apps que le ayuden a organizarse, a adelgazar, a dejar de fumar, a entrenarse, a aprender idiomas.

5. Estilo de vida ético y sustentable

Las personas se inclinan por un estilo de vida sustentable y ecológico, y buscan que las marcas que le rodean lleven esto al plano de sus productos, servicios y modelo de negocio. Prefieren empresas deep-green, que no intentan una simple actitud de compromiso con el ambiente, sino de toda una cultura verde y sustentable. Ya hay cosméticos elaborados sin agua o jeans reciclados. El consumidor quiere experiencias verdes, sí, pero que también lo inviten a llevar una vida balanceada y sin estrés.

6. Consumidor siempre conectado

La tecnología móvil ha hecho que las personas estén conectadas las 24 horas, así que las empresas deben encontrar la manera de captar a los compradores desde cualquier dispositivo, lugar y hora. La compra moderna exige que la experiencia del retail físico se transporte también al mundo digital y viceversa.

Implicaciones para Costa Rica

Resulta importante que los empresarios costarricenses se mantengan actualizados sobre el comportamiento de las tendencias de consumo, especialmente aquellas de un ámbito global que resulta aplicables a los principales mercados de interés para la oferta exportable costarricense.

En este sentido, las tendencias señaladas en la noticia anterior se enmarcan un entorno de mercado en donde el consumo se orienta hacia opciones saludables, prácticas, de buena calidad y personalizadas, sin perder foco en que un interés principal del consumidor moderno se centra en la experiencia que la compra puede aportarle.

Paralelo a estas tendencias, se recomienda al sector exportador mantener o generar buenas prácticas relacionadas con certificaciones en temas ambientales, orgánicos, nutricionales, trazabilidad o inocuidad de los productos, elementos que resultan de especial importancia como aspectos de valor agregado, con el fin de poder competir en mercados desarrollados y, aún más específico, en segmentos de alto valor y exigencias relacionadas.