Los kits de comida suponen una fórmula que permite preparar comida en casa sin grandes complicaciones. Son productos que posibilitan al consumidor el cocinado de recetas saludables y que incluyen pre envasados todos los ingredientes necesarios para prepararlas, limpios, cortados, con las medidas exactas y listos para seguir las detalladas instrucciones que los acompañan. Este tipo de productos están ganando cuota de mercado rápidamente. En Estados Unidos, uno de cada cuatro adultos ha comprado un paquete de comida de este tipo durante el último año y el 70% continúa comprándolos después de hacer su primera compra.
En uno de sus informes Nielsen añade que el 40% de los hombres de todas las generaciones son más propensos a comprar kits de comida que las mujeres y que, además, son los consumidores millennials y generación X quienes tienen en un 321% más predisposición a comprarlos que generaciones mayores. Según el informe, las familias de padres trabajadores y con niños también se suman a la conveniencia de los kits, a los que identifican como una opción más saludable para sus hijos. Ellos compran este tipo de productos un 326% más que los hogares sin hijos.
Los alimentos de conveniencia son mucho más que un kit de comida a la carta. Los consumidores buscan un estilo de vida saludable que se adapte a su vida ajetreada. Triunfan los productos “para llevar” que son aquellos que se pueden consumir en cualquier lugar y en todo momento, de manera que el acto de comer sea rápido e incluso compatible con otra actividad. Por tanto, han de tener fácil manejo y poder prescindir de preparación, mesa e incluso cubiertos (frecuentemente vienen incorporados) para consumirlos. Según Mintel, este tipo de productos han aumentado en el último año en un 54%.
La comercialización de los productos “para llevar” exige una relación más estable y fluida entre distribuidores y productores, sobre todo en el caso de los productos frescos y perecederos. Mientras que los productores deben invertir en innovación para adaptarse a las nuevas tendencias de consumo, mejorar el almacenamiento y la usabilidad de producto a envases más pequeños. La distribución se adapta para ofrecer productos que satisfagan las necesidades del consumidor.
Este último punto supone un aumento del nivel de la competencia. La distribución tradicional, debe competir con las opciones abiertas por el comercio electrónico y con las tiendas de conveniencia. Estos últimos son distribuidores de proximidad, con un menor tamaño y abiertos 24 horas al día. Lo característico de este tipo de tiendas es que cuentan con una oferta basada en comida preparada o semi preparada.
Fuente: Énfasis Alimentación Fecha: 19-julio-2017.
Implicaciones para Costa Rica
En 2016 el sector alimentario fue el tercer sector en importancia de las exportaciones costarricenses, representando un 15,6% del total del valor exportado, siendo uno de los más importantes de la economía costarricense, por lo que es de suma importancia que los exportadores se mantengan informados de las nuevas tendencias mundiales de consumo.
Un mayor conocimiento del consumidor actual le permite al exportador o potenciales exportadores de alimentos diversificar su oferta de productos, ya sea modificando los que actualmente tiene o desarrollando nuevos, brindando productos que se adapten a las nuevas exigencias y preferencias del consumidor, y de esta manera ser competitivos a nivel internacional.
El departamento de Inteligencia Comercial de PROCOMER, constantemente realiza estudios de mercado, donde se identifican las principales tendencias de consumo, en un sector y mercado específico, entre otra información clave para ingresar con éxito a un mercado internacional. Para consultar estos estudios puede dirigirse al siguiente enlace.
Noticias
26 julio 2017 
