Implicaciones para Costa Rica
Para la industria agroalimentaria costarricense, es cada vez más importante el desarrollo de innovación basada en investigación del consumidor y tendencias actuales del mercado, las cuales se orientan hacia un consumo más saludable y práctico, pero especialmente hacia atributos de calidad (valor agregado) que pueden expresarse en términos de certificaciones, sistemas de trazabilidad, programas de responsabilidad social/ambiental, controles de inocuidad y condición orgánica de los alimentos, entre otros.
Adicionalmente, si bien estos atributos de valor agregado resultan cada vez más demandados por una mayoría de consumidores, son aquellos del segmento millennial quienes están más dispuestos a pagar más por obtener en sus productos tales beneficios. Esta tendencia implica para las empresas una mayor comprensión de este mercado generacional, pero especialmente una mayor adaptación de sus productos para satisfacer estos requisitos. Por otra parte, es importante resaltar que este comportamiento da luz sobre otras potenciales tendencias que pueden consolidarse o dinamizarse en el mediano y largo plazo, considerando ya no al grupo millennial, sino a su generación sucesora, como lo son los centennials, consumidores altamente digitalizados, informados y más exigentes en valores sobre bienestar integral.
En 2018 el sector agroalimentario costarricense realizó exportaciones por $4.440 millones, donde el 64% consistió en productos alimentarios y el 36% agrícola. Acumulado a julio de 2019 ambos sectores registran más de $2.570 millones, donde los principales productos alimentarios consistieron en jarabes para la preparación de bebidas; jugos y concentrados de frutas; aceite de palma; salsas y preparaciones y azúcar; mientras que para el sector agrícola piña; banano; café oro; melón y yuca.