Las tácticas implementadas por las agencias reguladoras y organizaciones que velan por la salud pública en Estados Unidos, como los denominados «sugar tax» o impuestos al azúcar, así como un persistente llamado para resaltar los contenidos calóricos y de azúcar en los etiquetados nutricionales, se han dirigido a culpar al azúcar como uno de los principales causantes en la epidemia de obesidad en ese país, y los datos de ventas demuestran que los consumidores están escuchando.

Aproximadamente un tercio de los estadounidenses creen que el azúcar es la fuente de calorías con mayor probabilidad de causar aumento de peso, lo que ha conllevado a que aproximadamente el 50% de los consumidores revisen este ingrediente en el panel de nutrición y lista de componentes, el 46% de los consumidores afirma querer reducir su consumo de azúcar, según una investigación reciente publicada por el proveedor de ingredientes Kerry.