Los residuos de frutas y vegetales que quedan del proceso de fabricación de alimentos podrían tener un uso más efectivo y producir componentes que servirían como materia prima para generar energía renovable y ayudar a reducir las emisiones de dióxido de carbono. Este fue uno de los hallazgos de Rosa Carmona Pardo, Ingeniera Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, quien además de la cáscara de piña (Ananas comosus), estudió residuos de papa (Solanum tuberosum) y plátano (Musa AAB Simmonds) con el fin de averiguar su potencial energético y su tiempo de vida útil.

La biomasa es la materia orgánica que viene de la naturaleza y se utiliza para generar energía; puede ser de tipo residual, industrial, cultivos energéticos y cultivos de madera. De los tres tipos de cáscara, la de piña fue la que obtuvo mejores resultados; con este avance se podría pensar en esta opción como una alternativa futura viable y económica para producir otra clase de energías como la eléctrica o la biotérmica.