Según ha ido incrementando la preocupación de los consumidores sobre los efectos que los plásticos tienen en el medio ambiente, cada vez son más las ciudades de Estados Unidos que están prohibiendo el uso de artículos de plástico para el canal de servicios de alimentos. En particular, Malibú-California y Seattle-Washington han sido las primeras localidades en aprobar por ley el veto a los utensilios (incluyendo pajillas y removedores) y bolsas de plástico, efectivo desde los meses de junio y julio de este año, respectivamente.

Estas acciones han tenido su efecto en el resto del país, contando con numerosos restaurantes y operadores de catering en diversas zonas del país que se han comprometido para promover gestiones similares, como por ejemplo Los Ángeles, San Diego y San Francisco en California, Asbury Park en Nueva Jersey, la ciudad de Nueva York, Miami y Bradenton en Florida. Estas empresas están buscando alternativas al plástico, provocando un auge en enfoques no tradicionales para estos productos descartables. También se puede observar la disposición de múltiples cadenas minoristas para cambiar el uso de bolsas de plástico por el de bolsas de papel sostenible, como Publix, Winn-Dixie y Marshalls, entre muchos otros.