La firma Nielsen realizó un estudio sobre los patrones de consumo en EEUU, entre sus hallazgos destaca que a pesar de que el crecimiento de la categoría de alimentos saludables podría ser percibido con signos de saturación, la realidad es que aún hay espacio para crecer dado que los consumidores no comen tan bien como les gustaría.

Para los millennials la definición de alimentos saludables es más integral, otorgando una importancia creciente a los alimentos dirigidos a promover la salud mental. Más que cualquier otra generación, creen que saludable no solo se refiere a nutrición y dieta, sino que se expande el concepto al de bienestar mental, al manejo del estrés y al ahorro de dinero y tiempo. Este grupo tiene 2-3 veces más probabilidades que las generaciones más antiguas de cambiar sus hábitos alimenticios para controlar la salud mental, las finanzas y el tiempo. Lo anterior, se traduce en una exigencia difícil de cumplir para los fabricantes de alimentos.