
Desde su inicio, el clean beauty ha evolucionado constantemente para satisfacer las necesidades y demandas de los consumidores. Lo que empezó como una tendencia hacia un mayor uso de ingredientes naturales, se ha transformado para incorporar elementos como la seguridad, transparencia, buenas prácticas en el abastecimiento de productos y la fabricación. El impacto del COVID-19 acarreará consecuencias en dicha tendencia.
Anterior a la crisis, los consumidores eran más proclives a usar productos naturales y evitaban formulaciones con ingredientes artificiales por motivos de salud. Sin embargo, debido a la creciente preocupación sobre la vida útil y las propiedades hipoalergénicas en los bienes de consumo, los compradores actualmente están más abiertos a aceptar estos ingredientes siempre que las marcas demuestren eficacia y seguridad, tanto desde el punto de vista de la salud como del ambiente.