La categoría de proteínas plant based ha crecido en los últimos meses, impulsado por un grupo nuevo de consumidores que acogió el consumo de estos productos por razones éticas, ambientales y de salud, pero que no necesariamente está dispuesto a sacrificar el sabor, textura y apariencia de los productos. Muchas de las proteínas basadas en plantas disponibles actualmente carecen de verdaderas credenciales nutricionales y ambientales. De ahí que el reto de las nuevas alternativas de proteínas animales es mejorar el sabor, textura y su composición nutricional, esto sin comprometer el precio.

Una reciente encuesta llevada a cabo por EIT Food Report a 20.000 europeos revela que la gente está anuente a probar nuevas opciones, sin embargo le preocupan temas como: la sobreproducción, el uso de aditivos y el uso de organismos genéticamente modificados (GMO). Para lidiar con este tema EIT creó el programa EIT Foods Rising FoodStars, el cual está diseñado para darle herramientas a las empresas europeas participantes para hacer un sistema alimentario más sostenible, saludable y confiable. A la fecha el programa tiene 55 startups participantes, las cuales están trabajando en el desarrollo de nuevas alternativas de proteínas. Por ejemplo, la empresa israelí Innova Pro está trabajando en el desarrollo de un concentrado a base de garbanzo que puede servir para la producción de mayonesa sin huevo, helados y hamburguesas veganas.