La siembra, cosecha y comercialización de productos como melón y sandía ha disminuido drásticamente, afectando a productores de la Península de Azuero, que encontraron en la exportación de productos no tradicionales, una alternativa rentable.

Los campos de cultivo de estos productos dejaron de producir debido a diversos factores que afectaron la actividad. En su lugar se siembran otros productos, que puedan suplir el ingreso económico que desde hace varios años empezó a mermar. Para los productores, han sido muchos los elementos que han incidido para que la exportación de melón y sandía cayera drásticamente desde el 2008, entre estos los climatológicos y el precio en el extranjero.