Hoy más que nunca, los consumidores se preocupan no solo por los productos sino también por los objetivos, los valores y el impacto global de una empresa. En la actualidad, aproximadamente el 50% de los consumidores de todo el mundo afirman que cambiarían o evitarían las marcas según su postura respecto de causas polémicas, según el informe Earned Global Brand de Edelman.

Debido a que los compradores adquieren productos o servicios para castigar o para recompensar a las marcas, el voto mediante el gasto se vuelve la norma, pues los consumidores recurren los unos a los otros –y a los retailers– para tomar medidas. Como resultado, las empresas y sus marcas deben cumplir un rol más significativo en la vida de sus clientes y defender una causa, que el mensaje debe ser coherente y debe reflejarse de un modo auténtico en el negocio.