
Las empresas de alimentos están siendo cada vez más presionadas para que utilicen menos sal, después de que las autoridades reguladoras de Estados Unidos anunciaran unas directrices para reducir los niveles de sodio en muchos productos, como los condimentos, los cereales y las papas fritas. Los objetivos de carácter voluntario pretenden ayudar a reducir la cantidad de sal que ingiere la población para un total de 163 alimentos.
La mayor parte del sodio de la dieta estadounidense procede de los alimentos envasados o de los restaurantes, y no de la sal que se añade a las comidas en casa, lo que hace difícil que la gente haga cambios por su cuenta. Para que las personas se acostumbren a comer menos sal, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dijo que las reducciones deben ser graduales y en toda la cadena de suministro de alimentos, para que las personas no sigan recibiendo opciones más altas en sodio. “Establecer los objetivos realmente ayuda a nivelar el campo de juego en toda la industria”, comentó la directora de la división de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la FDA, Susan Mayne.