Las plantas precisan ciertos nutrientes para su correcto desarrollo, entre ellos, están los micronutrientes, cuya concentración en planta es, normalmente inferior a 0,1% en peso, como el hierro, el manganeso, el zinc y el cobre. Las deficiencias de estos son muy frecuentes en suelos calizos y en cultivos sin suelo desarrollados zonas de aguas con pH básico.

La práctica agrícola más extendida para paliar este problema es la aplicación de fertilizantes mediante el riego (fertirrigación). Es bastante frecuente la aplicación de manera separada para cada nutriente para evitar efectos adversos de reactividad entre ellos.