«Uno de los principales retos de esta fase será garantizar que a 2021 Honduras reingrese a la lista países productores de cacao fino. Esperamos no solo recuperar ese 50% de reconocimiento (que se había perdido) sino incluso incrementarlo», expresó Aníbal Ayala, gerente general de la Federación Nacional de Productores de Cacao. En esta línea, el país redoblará también sus esfuerzos para la reincorporación en los países reconocidos por el Organismo Internacional de la Cocoa (ICCO).
Implicaciones para Costa Rica
En 2018 Costa Rica exportó a cacao en grano con un valor de $1,2 millones (354 toneladas) a un total de 11 destinos, donde destacan Holanda (44%), Panamá (20%), Honduras (13%), Estados Unidos (9%), Nicaragua (6%) y Alemania (4%), entre otros. En 2019, acumulado a abril, los envíos registraron un valor de $394 millones.
Por otra parte, de acuerdo con Trade Map en 2017 (datos más recientes) Honduras exportó cerca de $1,9 millones en cacao (868 toneladas) hacia 6 destinos, donde resaltan Suiza (53%), Estados Unidos (19%), Holanda (10%), Guatemala (9%), El Salvador (8%) y Canadá (1%). Desde 2013, los envíos hondureños de este grano registraron un crecimiento promedio del 36% en valor.
Resulta importante que el exportador costarricense se mantenga al tanto sobre el comportamiento de países de la región, en este caso Honduras, con quien se comparten aspectos productivos y logísticos para este producto, así como mercados de destino en común. Si bien el cacao costarricense es reconocido por su calidad y atributos, resulta sensible ante variaciones en el precio de los mercados mayoristas, por lo que se recomienda a las empresas profundizar en encadenamientos locales con el fin de maximizar las oportunidades para la generación de valor agregado, que podría estar centrado en aspectos de procesamiento, empaque, certificaciones o modelos de negocio.
En términos de preparaciones de chocolate, Costa Rica exportó en 2018 un total de $9,9 millones hacia 21 destinos, con una estrategia de posicionamiento en segmentos de mayor valor agregado y consumidores más exigentes, pero con mejor poder adquisitivo.