
Debido a retos como el cambio climático, la escasez de agua y la poca variedad de alimentos, empresas y organizaciones utilizan la tecnología para mejorar y diversificar sus procesos, a fin de producir más y mejores alimentos. Desde la implementación de máquinas más eficientes para recolección de cultivos, empleo de menos recursos para la cosecha hasta el uso de biotecnología para incrementar la producción, la tecnología se encuentra presente en cada paso de los procesos industriales de alimentos. Un paso más en este proceso de mejora constante se encuentra en la inteligencia de datos (data intelligence), una de las herramientas más útiles para eficientizar los procesos productivos y tener visibilidad sobre cualquier operación industrial.
La creciente disponibilidad y aprovechamiento de datos en las operaciones de la industria de alimentos y bebidas permite obtener, información e insights que ayuden a mejorar la calidad de los productos, promover la sostenibilidad ambiental y mejorar la optimización de activos. Así, se puede saber con precisión qué se puede mejorar, qué partes representan un riesgo y, eventualmente, recortar pérdidas y desperdicios que son inherentes al proceso.