
Conscientes de la salud, agotados y aparentemente ansiosos, los millennials son una gran parte del crecimiento en la industria del bienestar, que actualmente representa $4,2 billones. Al enfrentar un mercado laboral turbulento con la presión de los empleadores, la sociedad y las redes sociales, junto con deudas crecientes, salarios estancados y menos libertad financiera, este grupo se ha aferrado al cuidado personal para hacer frente al caos percibido y la inestabilidad que los rodea, adoptando nuevos significados que se correlacionan con cambios en sus valores. De este modo, bienestar y autocuidado se han convertido en una herramienta para justificar comportamientos extremos, desde la indulgencia excesiva hasta el descanso.
El estilo de vida que enfrenta la generación millenials impulsa a pasar más tiempo en sus casas. A la luz de este cambio, las marcas han desarrollado productos, servicios y experiencias que respaldan esta nueva actitud. La mensajería permite a los millennials ver las marcas como socios y fuentes confiables que entienden sus gustos cambiantes. De igual forma, el aumento de los costos de la educación y un mercado laboral inestable han dado como resultado una cultura donde el estrés financiero se normaliza, lo que ha dejado a los millennials luchando por el equilibrio entre el trabajo y la vida, recurriendo a soluciones de bienestar que prometen consuelo a los empleados con exceso de trabajo y mal remunerados.