En un estudio reciente, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria descubrió que los niveles actuales de clorato en el agua potable y los alimentos son demasiado altos. Esto puede afectar negativamente la absorción de yodo, especialmente entre bebés y niños. Después de años de evaluación, la Comisión Europea publicó dos nuevas regulaciones en el verano de 2020, estas establecen niveles máximos de cloratos y percloratos en los productos alimenticios. El perclorato afecta principalmente a frutas y verduras (incluyendo las congeladas), el nivel máximo permitido es 0,05 mg / kg, siendo el mismo nivel para el clorato.

El clorato es un subproducto del agua clorada. El agua potable clorada es estándar en muchos países, por tanto, los niveles de clorato pueden estar por encima de los niveles de residuos predeterminados en muchos productos alimenticios. Esto es especialmente relevante para el procesamiento de frutas y verduras.