La guerra contra el plástico está afectando a todas las categorías del sector de bienes de consumo de alta rotación, desde los productos de belleza hasta los alimentos y bebidas, pasando por los productos de limpieza. La opinión pública se ha posicionado rápidamente en contra del consumo de plásticos de un solo uso, lo que ha obligado a los distribuidores de productos para el cuidado de la ropa y la vajilla a reconsiderar el diseño de sus envases y los materiales utilizados. Muchas de las empresas implicadas reconocen la magnitud del problema de los residuos plásticos y están adoptando medidas para reducir el consumo de plástico y reutilizarlo.

Algunas empresas han introducido sistemas de envasado que reducen al mínimo el volumen de residuos generados o facilitan su clasificación durante las labores de reciclaje, lo que contribuye a limitar el impacto medioambiental provocado por los consumidores y muy concretamente el volumen de residuos plásticos.