• Organizar, agrupar, profesionalizar y en lo posible tecnificar la producción: actualmente existen muchos pequeños productores con la necesidad de asistencia técnica para el manejo de plagas, buenas prácticas para el manejo de la postcosecha y productividad.
• Aumento del volumen de producción:  existen reportes sobre faltantes de materia prima, lo que denota insuficiencia para atender la demanda.
• Investigación e inversión: es importante que los productores inviertan en estos dos procesos para garantizar la vida útil sin perder propiedades y para el adecuado procesamiento.
• Descubrir un nicho de mercado de agua artesanal: es relevante hacer este ejercicio para poder exportar con valor agregado y tener un mejor retorno sobre la inversión, evitando competir en un mercado de precios bajos, propio de grandes productores asiáticos y socios comerciales de grandes marcas de bebidas comerciales.

En lo que va del 2020, las ventas mundiales del coco y sus subproductos se valoran en $11 600 millones, con expectativas de un crecimiento anual del 10% entre el 2020 y el 2026. Por su parte, las ventas mundiales de agua como producto destacado por el estudio se valoran en $2 737 millones para el 2020, siendo América del Norte (37% del total) su principal mercado.

En Costa Rica, las exportaciones de coco y sus subproductos son limitadas, en el 2019 alcanzaron un valor de $1,7 millones. En la categoría de cocos frescos, siendo cocos secos el principal producto, es donde se concentra la mayor experiencia exportadora y la mayor cantidad de empresas vinculadas.

Marta Esquivel, directora de Inteligencia Comercial de PROCOMER explicó, “aunque el agua de coco tiene un menor tamaño de mercado que el aceite, por ejemplo, es un producto que proyecta mayor dinamismo para los próximos años; además, Costa Rica podría sacar provecho de la cercanía con América del Norte y de las condiciones arancelarias en Estados Unidos y Canadá para empezar a ganar terreno como exportador.”

Para posicionar la oferta nacional en mercados internacionales se recomienda valerse además de dinamizadores de consumo como la preferencia de los consumidores por bebidas naturales, el posicionamiento del agua de coco como hidratante natural y bebida funcional y, la mayor conciencia por el consumo de aguas de alta calidad.

El coco es un producto no tradicional y, actualmente en Costa Rica, se caracteriza por una producción poco tecnificada, que abarca aproximadamente las mil hectáreas, según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería, y se encuentra concentrada principalmente en la región Huetar Caribe.