En el 2021, Colombia fue la sexta
economía más grande en América Latina y el Caribe con un historial de gestión
fiscal y macroeconómica prudente, que le permitió hacer frente a la crisis de
COVID-19 pese a problemas estructurales como el trabajo informal, la pobreza y
la desigualdad.
El año anterior, el
crecimiento del PIB colombiano fue de 10,6% (versus 7,6% de Costa Rica), específicamente
en su economía, el subsector de TICs representó 3% del total (con un
crecimiento anual en 2021 del +10% en relación con el 2020). Este sector se
encuentra en proceso de reactivación luego de la emergencia por la pandemia, en
la que el Gobierno se encuentra invirtiendo más de $200 millones en proyectos
de transformación digital, capacitación y mejora de la conectividad.
Bogotá, el cual es el
departamento con mayor cantidad de empresas del sector TICs, se caracteriza por
ofrecer servicios de ingeniería de software con costos competitivos, volumen,
calidad y múltiples formatos de entrega; así como un uso cada vez mayor de
tecnologías 4.0 para mejorar su eficiencia operativa. Actualmente, este sector
apuesta por alcanzar la oferta de Business Process Outsourcing (BPO) estratégico
enfocado en la gestión y entrega de información para la toma de decisiones. De ahí,
que las alianzas comerciales que se vayan a desarrollar por parte de las
empresas costarricenses deben ir en línea con la evolución esperada de este
tipo de actividades en el mercado.
Enrique Ulloa, analista a
cargo del estudio, destacó algunas recomendaciones que las empresas
costarricenses deben considerar a la hora de optar por este modelo para
ingresar al mercado colombiano:
- Cotizar sus servicios preferiblemente en
pesos colombianos.
- Las relaciones personales son
fundamentales para el acceso a los clientes, de ahí que la gestión del aliado
comercial en esta línea es fundamental.
- Deben ver a la empresa colombiana como un
aliado de negocios (relación ganar-ganar), no como competencia.
- Hay que considerar que la tasa de
retención es del 20% para servicios vendidos desde Costa Rica, por lo cual un
precio competitivo se vuelve fundamental.
- Pensar en la regionalización, ya que el desarrollo
de negocios puede ampliarse más allá de Bogotá a ciudades como Medellín y Cali.
- Es muy importante brindar el soporte a los
clientes, ya sea desde el mercado colombiano o desde Costa Rica.