
Como también pasa en otras familias dentro del sector hortofrutícola, el melón y la sandía no son frutas ajenas al aumento de las importaciones procedentes de países como Marruecos o Senegal. Así, un estudio elaborado por la organización agrícola Coag revela, principalmente en el ámbito de la sandía, cómo la liberación de su entrada a raíz de acuerdos comerciales con la Unión Europea ha aumentado hasta las 88.603 TM en 2020, la presencia de este producto en España desde 2014. Motivo por el que los operadores abrazan la innovación para diferenciarse.
Ante tal coyuntura, desde Syngenta, desarrollador de semillas en España, indican que el primer objetivo para comenzar el desarrollo de variedades es «cumplir con las expectativas del consumidor». Según Syngenta el productor de sandía busca sabor, prolongar la gama de calibres para la conveniencia y la doble aptitud (fresco y procesado) del fruto tras el interés por la sandía troceada. Entretanto, el agricultor especializado en melón demanda líneas de diversificación de las tipologías habituales y clásicas, pero sin perder la calidad ni el sabor. Por variedades, Syngenta comenta que la sandía blanca rayada sin semillas de calibre entre 5 y 7kg, válida tanto para consumo local como para exportación, es la más solicitada actualmente, dado que se ha mejorado la calidad requerida por los retailers durante la temporada. Mientras que la variedad piel de sapo, pese a su diversificación, concentra la demanda en la categoría del melón.