La industria de alimentos está siendo marcada por muchos retos en el siglo XXI: el aumento de las exigencias en cuanto a la legislación, los cambios climáticos y el deseo de alimentos saludables por parte del consumidor, sumado al estilo de vida del “todo listo” y “para ya” donde el tiempo se ha convertido en un factor de mucho valor. La industria de alimentos se ve abocada a reaccionar para brindar soluciones inmediatas y que no afecten la inocuidad alimentaria. El término etiqueta blanca ha dejado de ser tendencia y se ha convertido en una exigencia de la industria, así como la búsqueda de alimentos que contribuyan con la salud y el bienestar.

Si bien antes se utilizaba con frecuencia, y a veces indiscriminadamente, la palabra “natural”, esta ha sido sustituida por frases como “libre de aditivos” y “sin conservantes”. En ese sentido, algunas empresas fabricantes de sabores se han visto afectadas, ya que de acuerdo con la FDA estos productos son considerados aditivos.