Según este informe, hay siete tendencias que cambiarán drásticamente la industria del automóvil:
- Vehículos autónomos: pese a que todavía es incipiente, se espera que alcance niveles de automatización completos entre 2025 y 2030. Un 25% de todas las ventas de vehículos nuevos en 2030 serán equipados con sistemas de automatización parcial y solo el 15% de las ventas será de vehículos completamente autónomos. Grandes gigantes digitales han anunciado la introducción de vehículos autónomos, por lo que es probable que la cadena de valor en la conducción autónoma se desplace desde la fabricación tradicional de automóviles, hasta la introducción de bienes y servicios tecnológicos ofrecidos por compañías tecnológicas y de telecomunicaciones.
- Movilidad eléctrica: los vehículos de combustión interna tradicionales, híbridos y vehículos eléctricos de batería coexistirán hasta 2030. Se prevé un fuerte incremento entre 2020 y 2025 debido al endurecimiento de la regulación de emisiones, una reducción del coste de las baterías y de la implantación de una infraestructura de puntos de recarga, lo que provocará que más del 60% de las ventas de vehículos sean eléctricos.
- Cambio en la estructura de clientes y cambio de un sistema basado en el vehículo en propiedad a un sistema basado en el vehículo compartido (movilidad bajo demanda): se espera que, para 2040, Europa aumente en un 95% el uso del vehículo compartido, tanto en alquiler como bajo demanda en comparación con el uso del vehículo en propiedad, el avión o el tren. En EEUU este porcentaje llegará a ser un 114% y 358% en China. Aun así, se espera que el impacto global de esta tendencia en las ventas de vehículos en propiedad en 2025 sea muy limitado, en concreto se prevé una disminución de un 1% en el total de las ventas.
- Industria digital
- Vehículos conectados
- Nuevos canales de distribución de pago por uso
- Mejora de la interfaz hombre-máquina.
Fecha: 27-agosto-2018 Fuente: REVE
Implicaciones para Costa Rica
La transformación de la industria automovilística en función de las nuevas tendencias de consumo del cliente y gracias a la aplicación de nuevas tecnologías, implica retos importantes para la cadena de valor en su totalidad, desde los fabricantes hasta sus proveedores. Esto llevará a una reevaluación en los modelos de negocio de cada uno de ellos que les permita continuar abasteciendo a este sector y la búsqueda de nuevos proveedores de giros de negocios tecnológico y de telecomunicaciones que tengan la capacidad de abastecer la demanda.
Asimismo, dicha transformación acarrea, la innovación en networking basada en la multidisciplinariedad del sector, que implica la integración de campos distintos y el trabajo cercano con la academia y centros de investigación. Lo anterior representa una potencial oportunidad para las empresas costarricenses de diferentes sectores, desde metalmecánica hasta software, de formar parte de dichas cadenas globales de valor.
Para una exitosa integración de las empresas costarricenses es necesario que estas definan una clara propuesta de valor, tengan un control estricto de costos, desarrollen una visión para construir una relación de largo plazo y estratégica, aportes en innovación, cumplimiento estricto en tiempos de entrega, capacidad de adaptarse ante algún cambio de requerimiento y es imprescindible el trabajo constante en la calidad de sus productos respaldada por certificaciones.