En 2018, los operadores de alimentación tradicionales de Estados Unidos se prepararon para la llegada de Lidl y una ambiciosa expansión de Aldi, que amenazaban con transformar el mercado minorista de alimentación en América del Norte. Su impacto no fue el esperado, pero el nuevo estudio de Bain & Company, How US Grocers Are Standing Up to Europe’s Hard Discounters, advierte que no es el momento para que las marcas tradicionales se sientan satisfechas. Aunque la opinión pública afirma que Lidl no alcanzó los objetivos queridos en su lanzamiento, continuó, junto con Aldi, ganando terreno de una forma lenta pero constante, lo que supone una creciente amenaza competitiva para los vendedores tradicionales.

Según el estudio, realizado a más de 17.400 consumidores, y elaborado junto con ROIRocket, Lidl y Aldi han utilizado su sólido consumer advocacy y su capacidad para atraer a los consumidores para realizar compras cruzadas como una forma para aumentar su presencia y popularidad en Estados Unidos. Muchos de los clientes de los operadores tradicionales y masivos, cerca del 30%, también compran regularmente en Lidl y Aldi.