En la producción de alimentos, el metal es uno de los materiales contaminantes que se encuentran con mayor frecuencia. Existen factores que pueden afectar las estrategias de control de calidad y la detección de metales u objetos extraños. Uno de ellos son los tipos y tamaños de los productos.

Existen distintas formas que se emplean en la detección de metales como filtros, tamices, imanes, inspección de rayos X y los detectores de metales. Estos dos últimos son los más empleados al momento de detectar esos cuerpos extraños que se pueden encontrar en los alimentos. De acuerdo con Grube, la densidad y el grosor del producto son factores clave en una inspección por rayos X:

 

  • Cuanto mayor sea la densidad o más alto sea el producto (o cuanto mayor sea el ancho en un sistema de rayos X de disparo lateral), más potencia de rayos X se requerirá para llevar a cabo una inspección correcta.
  • En la medida que aumenta la densidad o el grosor del producto, también aumenta la probabilidad de un rendimiento reducido.
  • Cuando aumenta la conductividad, debido a la humedad, las sales o los minerales y otras variables, también aumenta la señal del producto y la dificultad para detectar metales más pequeños.
  • De igual forma, un producto inspeccionado con el lado largo como frente puede producir resultados diferentes que si se presenta con el borde corto como frente.

Algunos fabricantes de alimentos a nivel internacional están incorporando la detección de metales en más etapas del proceso por las ventajas que brindan, por ejemplo:

  • Al añadir detectores de metales al inicio de las líneas de producción, como en la inspección de ingredientes entrantes, garantizará que no ingrese contaminación metálica en el proceso, donde podría dañar el equipo o desintegrarse en piezas más pequeñas que podrían no detectarse en la inspección al final de la línea.
  • La inspección al inicio de la línea suele lograrse con aperturas más pequeñas que tienen una mejor sensibilidad que al final de la línea, donde el tamaño de la apertura puede ser más grande para ajustarse al producto empacado.

Fuente: The Food Tech   Fecha: 06-mayo-2023

Implicaciones para Costa Rica

A marzo del 2023, el 31% de las exportaciones totales costarricenses corresponden al sector agroalimentario. Entre los productos exportados resalta; piña, banano, jarabes y concentrados para la preparación de bebidas gaseosas, café oro, jugos y concentrados de frutas, entre otros, por lo que detectar a tiempo metales durante el procesamiento de alimentos es de suma importancia. Implementar tecnología como la mencionada en la noticia anterior ayudaría a las empresas costarricenses a cumplir con los rigurosos estándares internacionales, y que en un futuro no representen obstáculos para la comercialización y, por el contrario, sean reactivos en sus procesos de internacionalización.