• Honesti pack: empaques más humanizados, que comunican de una manera personal. Los elementos gráficos y tipográficos se muestran casuales, desestructurados y se celebra la imperfección. Braberman señala que este estilo da a conocer a la marca tal cual es. De esta forma, se logra conectar con los consumidores y es mucho más creíble.
• Essential pack: los consumidores están sobresaturados de información, por lo que se apuesta a lo esencial, a lo relevante. De este modo, se realiza un ejercicio de reducción de lo superfluo para quedarse con lo que realmente vale. El diseño recurre a pocas imágenes y la información es clara y concreta.
• Classic pack: combina lo clásico y lo contemporáneo. Algunos consumidores, especialmente los millenials, idealizan el pasado. Se busca un mundo más auténtico, menos frenético. Algunas marcas diseñan empaques vintage, con una estética retro, pero siempre con una mirada actual.
• Fun pack: busca conectar desde el humor con el comprador, por lo que recurre a imágenes y frases divertidas. No solo está pensada para productos dirigidos a niños, también se usa para todas las categorías y estratos sociales.
• Craft pack: es muy usada en los productos artesanales. Se deja al material al desnudo, con tonos sin saturación, con una estética que procura la autenticidad, que rechaza lo artificial. Se busca reflejar que es un producto que no tiene un carácter industrial, sino que es “hecho por personas, para personas”.
• Place pack: se le da relevancia al carácter geográfico del producto. Es común recurrir a esta tendencia en productos como el vino, el café y los chocolates, entre otros. Ello se debe a que para el consumidor es relevante de dónde proviene lo adquirido. De este modo, en el empaque se destaca el lugar en el que se produce el bien. Eso sí, no se busca dar una mirada aburrida del origen (con la típica foto de la finca de producción) sino que busca sorprender con elementos novedosos.

Fuente: América Retail            Fecha: 06-noviembre- 2017.